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El Ketsuryūgan (血龍眼, Ketsuryūgan) es el episodio #487 del anime Naruto: Shippūden.

Sinopsis[]

Aviso: Esta sección del artículo revela parte de la trama de la serie que tal vez no quieras saber.

Sasuke le dice a Fūshin que hará que confiese todo, pero éste se resiste y comienza a atacar con su Elemento Tifón, liberando un enorme vórtice y cargando su cuchilla de Chakra, la cual arroja, lo cual obliga a Sasuke a saltar en el aire y termina arrastrado por el vórtice, pero logra aterrizar en la rama de un árbol. Entonces, Fūshin arroja otra cuchilla hacia Sasuke, obligándolo a saltar nuevamente para esquivarla y destruyendo ésta la rama del árbol. El ataque de cuchillas de chakra sigue, obligando al Uchiha a saltar una y otra vez. Fūshin arroja una cuchilla más, a lo cual Sasuke usa una rama como trampolín para saltar en dirección hacia él, al mismo tiempo que esquiva el ataque; ahora, Fūshin decide aumentar el poder de su elemento tifón, liberando un tornado denso que manda a volar lejos al Uchiha, y con el cual se dispone a atacar. Esto obliga a Sasuke a usar el Susanoo en su forma completa para contraatacar y logra cortar el tornado. Entonces, Fūshin crea un segundo tornado aún más grande que el primero, el cual pone resistencia al Susanoo. Entonces, Sasuke deshace el jutsu y aparece dentro del ojo del vórtice para arremeter con su Chidori, dándole fin a la batalla. Ya estando Fūshin tendido en el suelo, Sasuke le dice que confiese. Éste se niega. Ante lo cual, el Uchiha activa su Sharingan para ver en su mente; estando Sasuke adentro, observa una mansión a la distancia, pero, entonces, el mismo genjutsu que lo detuvo la primera vez, se activa. Sasuke intenta liberarse, pero es inútil y es arrastrado por un remolino y termina vislumbrando los mismos ojos de la primera vez proyectados en el cielo, obligando al Uchiha a activar el Mangekyō Sharingan Eterno para liberarse. De vuelta en el mundo real, Sasuke despierta de la ilusión y se percata de que Fūshin ya no está. Entonces, sigue su camino.

Sasuke pide indicaciones hasta que, finalmente, llega al Valle del Infierno, terminando impactado por la apariencia del lugar y cuestionándose de si, en verdad, desterraron al Clan Chinoike a ese lugar. Una voz se revela, siendo ésta Chino, quien responde a su pregunta y diciéndole que se fije bien, dando a entender que, en ese lugar, vivió gente, revelándose huesos humanos de personas que fueron acusadas injustamente, y que los Uchihas encerraron al clan Chinoike en ese lugar y alegando que sólo allí podrían vivir. Ellos se alimentaron de agua hervida, aves y de la poca hierba que crecía y, cansados de pelear, el clan malvivió sin salir jamás. Sasuke se lo cuestiona; a lo cual Chino le responde que sus primeros recuerdos son en la mansión de En Oyashiro, quien dijo que ella era la única en el Valle del infierno cuando la llevó con él, lo cual sorprende al Uchiha, quien empieza a tener recuerdos de la infancia solitaria de él y de Naruto.

Sasuke le pregunta a Shino que a qué se refiere con lo que dice. Entonces, ella activa su Ketsuryūgan para usar genjutsu y mostrar lo acontecido. Sasuke observa la misma mansión que vio en los recuerdos de Fūshin, mientras que Chino narra que ella era la última de los Chinoike, pero en la mansión de En Oyashiro, había más niños como ella, entrenando como ninjas. Se ve ahora a una Chino pequeña siendo apaleada en entrenamiento mientras En Oyashiro y los demás niños observan. En Oyashiro le dice que el que no gana, no come. Entonces, Chino se levanta y decide contraatacar a su oponente, pero es derribada de nuevo. El contrincante cree ya haber ganado el encuentro, pero, en realidad, era una verdadera ilusión, manifestándose la verdadera Chino por detrás de él mientras tiene activado su Ketsuryūgan y derribando a su oponente desde atrás, haciéndolo sangrar y gritar por el dolor. ante lo cual, En Oyashiro aplaude su victoria. Ya estando comiendo, Chino es interrumpida y asustada por En Oyashiro, quien, en realidad, sólo tenía intenciones de curarle una herida en su cabeza causada en el enfrentamiento anterior. Mientras lo hace, le reconoce su talento. Chino continúa narrando que, en ese día, En Oyashiro la llevó al coliseo; el árbitro presenta a Fūshin en la arena de combate y, en seguida, presenta a Chino como su contrincante. Ella le sonríe a Fūshin, lo cual lo altera y comienza la pelea. Chino da el primer movimiento corriendo con su kunai a atacar. Es bloqueada por la cuchilla de Fūshin. Chino advierte de que usará el Ketsuryūgan. Entonces, Fūshin le responde que la hará volar, antes de que lo intente. La repele con su cuchilla y activa su Elemento Tifón, lo cual crea un vórtice, que obliga a Chino a ponerse en guardia y se ve obligada a saltar para esquivar una cuchilla que se dirige a ella, lo cual hace que sea golpeada por una ráfaga y derribada. Fūshin cree haber ganado, pero, en realidad, Chino está detrás de él con el Ketsuryūgan activado. El árbitro comenta que Fūshin se quedó paralizado. Entonces, Chino camina frente a él y le apunta al cuello con su kunai. Fūshin despierta del trance y se da cuenta de que perdió, ante una debutante.

Entrada la noche, Fūshin está sentado contemplando el cielo. Chino se sienta a su lado. entonces, él intenta evitarla, apartando la mirada. Chino le dice que es fuerte, lo cual molesta a Fūshin, creyendo que ella se está burlando, pero ella le aclara que no es por eso, sino que es por sus ojos, que son especiales. Fūshin le responde que todos los que tienen Kekkei Genkai, son especiales y que, por su culpa, los odian y los alejan hasta volverlos desagradables y crueles. Chino le responde que, hasta un pasado así, es mejor y revelando que ella está en la mansión de En Oyashiro, desde que tiene memoria, y que no sabe qué pasó antes de venir. Fūshin le dice a ella que tiene suerte, ya que eso es mejor que tener un pasado que no quiere recordar. Continúa diciendo que nació en el País del Agua, lejos del continente y de Kirigakure en una isla apartada y que cuando una tormenta golpeó a la isla, culparon a su poder y que sus propios padres lo vendieron a Kusabi para librarse de él. Con Kusabi, sólo aprendió a obedecer y a ser torturado, pero no le disgustaba pelear, en el Coliseo, porque era la prueba de la fuerza de su poder, pero terminó perdiendo contra Chino. Ella se disculpa por ganarle. Fūshin sigue enojado, pero, entonces, voltea y ve a Chino llorando, mientras ella dice que, aún así, lo envidia, porque no recuerda la cara de sus padres ni por qué nació o por qué vive, que no tiene nada y que es mejor tener un pasado horrible que estar vacía como ella, quien se disculpa ahora por lo que dijo, pero que es la verdad. Ya terminada de hablar, Fūshin le pregunta que por qué será, ya que es la primera vez que él habla así de sí mismo y la primera vez que le afectan las lágrimas ajenas, y le pone la mano en la cabeza a Chino.

Chino narra que se volvieron escoltas de Oyashiro y le ayudaron en su negocio hasta aquel día en que descubrieron sus archivos. Fūshin le pasa a Chino un viejo libro sobre el Clan Chinoike, el cual al leerlo, la llena de rabia; en la noche, Fūshin le dice a Chino que vayan al valle del infierno para que así pueda encontrar información e su clan. Así tendrá un pasado y, en ese lugar, no estará vacía. Ella le dice que Oyashiro no los dejaría; a lo cual Fūshin le responde que no necesitan permiso. Chino narra que ella, Fūshin y otros, que también querían irse, escaparon de la mansión y se dirigieron al Valle del Infierno. En el Pueblo del Bambú, un grupo de extorsionistas estaba hostigando a los habitantes del lugar. El líder estaba hablando de que gracias a quienes creen que pueden vivir de sus trabajos con el bambú, el líder del pueblo Iō intenta hablar, pero es pateado, siendo atendido de inmediato por su hija (Amino). El líder del grupo de bandidos dice que no le basta con lo que le dan y decide llevarse a Amino a la fuerza, mientras ve sin poder hacer nada. Entonces, aparece de la nada una cuchilla que se clava en el pie del líder de los bandidos, haciéndole gritar de dolor y soltando a Amino. El líder pregunta quién fue. Entonces, levanta la cabeza y ve a Fūshin y compañía diciéndole que se vaya, si no quiere salir herido. En respuesta a eso, los bandidos toman a su líder y salen huyendo. Fūshin y su grupo se van, pero Iō los detiene y les agradece por haberlos salvado. Fūshin le responde que no fue nada, ya no podían dejarlo pasar. Iō les pregunta si son ladrones generosos y si seguirán cuidando de ellos.

Chino narra que ella y su grupo pasaron a ser ladrones y que pasaron a ser "Grupo relámpago". Los ladrones generosos y que, cada vez, que los veían, los aldeanos los recibían como héroes, les daban comida y alojamiento y todos eran muy amables. Mientras comen, Fūshin se disculpa con Chino porque, al final, no pudieron ir al Valle del infierno. Ella le responde que no importa, que pueden ir cuando quieran, pero ahora trabajan para la gente del pueblo. Al verse como una fuerza desatada que no pertenecía a nadie, los ninjas de las aldeas también quisieron utilizarlos hasta con Kirigakure. Se llevaban bien hasta el momento en que atacaron al Daimyō de un pequeño país que desangraba a los suyos, siendo éste el Daimyō del País Helado, a quien amenazaron con que les diera su oro, pero, en ese momento, fueron rodeados por los shinobis de Kirigakure, dándose cuenta Fūshin de que a cambio de deshacerse de ellos, los ninjas de la neblina establecerían relaciones con el señor del País Helado, lo cual sigue a una batalla entre el Grupo Relámpago y los ninjas de Kirigakure.

Después de la batalla, el Grupo Relámpago intenta pedir refugio en el Pueblo del Bambú, pero les dice que busquen otro sitio, ya que si los ocultan, pueden salir perjudicados. Fūshin insiste en que no les causarán problemas y que se irán en seguida, pero Iō dice que no hablen como si fueran amigos sólo por darles dinero de otros. Chino narra que, en ninguna aldea, les dieron siquiera agua, que dos de sus compañeros murieron a causa de las heridas y que Fūshin y ella se quedaron solos. Chino le dice a Fūshin que ya no tienen a dónde ir, pero él le responde que sí hay un lugar, llegando así al Valle del Infierno. Ya estando en el lugar, Chino queda impactada y dice que, en verdad, está vacía. Fūshin intenta hablarle, pero ella se agarra la cabeza y, entre lágrimas, dice que no puede recordar nada, ni los rostros de sus padres ni los de nadie, y con rabia dice que venir a ese lugar, no sirvió de nada ni por qué nació ni para qué vive. Fūshin voltea y se da cuenta de que los shinobis de Kirigakure los siguieron y los atacan. Uno va a por Fūshin y el otro va a por Chino, quien es acorralada. Fūshin intenta ayudarla, pero el otro ninja de la neblina no se lo permite. Chino intenta resistir la espada del ninja de la niebla. En ese momento, ella le agarra la mano a su oponente. Activa su Ketsuryūgan, haciendo sangrar a su oponente, el cual mira horrorizado cómo su mano, cómo una extraña sustancia negra comienza a burbujear de su cuerpo. El otro ninja de la niebla pregunta qué está pasando, pero es neutralizado por Fūshin. El ninja que atacó a Chino empieza a ser envuelto por una esfera de carne con un centro brillante y latente, el cual explota. Fūshin acude al auxilio de Chino, mientras ella dice que era capaz de hacer eso. Su compañero le pregunta si ése es el auténtico poder de los Chinoike. Entonces, ella eriza su cabello y mientras tiene activado su Ketsuryūgan, dice con rabia que se vengará, dejando escapar, al final, lágrimas de sangre.

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