Garaga (ガラガ, Garaga) es una serpiente habitante de la Cueva Ryūchi.
Historia[]
Durante su juventud, Garaga tuvo un contrato de invocación con un shinobi, el cual lo llamó en una ocasión para defender una fortaleza. Durante el combate, su invocador quiso retirarse. Sin embargo, Garaga siguió con la ofensiva, por lo que el hombre lo traicionó y utilizó el Elemento Rayo para cegar su ojo derecho.[1]
Desde entonces, se volvió tan violento que las otras serpientes lo evitan, llegando a ser considerado una molestia por el mismo Sabio de la Serpiente Blanca.[2]
Apariencia[]
Garaga es una serpiente de proporciones gigantescas de un color rojo fuerte con anillos negros que recorren intervalos de su cuerpo. Tiene un ojo de color amarillo con la pupila negra afilada, mientras que el ojo derecho, está ciego, con una gran cicatriz. Posee una frente pronunciada y desarrolló una escama inversa con forma de joya.[2]
Personalidad[]
Garaga es una serpiente muy violenta, siendo propensa a entrar en conflictos y tener arrebatos violentos.[2] Su naturaleza oscura y violenta, es resultado de la traición a la que fue sujeto por su antiguo invocador. Debido a esta experiencia, Garaga cree que la confianza es algo absurdo, declarando que las personas solo ganan la confianza de los demás para utilizarlos.[1] También se muestra muy orgulloso de sus habilidades y odia que alguien lo menosprecie.
Mientras Garaga observaba la incansable búsqueda de Boruto para salvar a sus amigos, incluso cuando parecía ser una verdadera traición por parte de este último, y finalmente lo lograba, Garaga se sintió inspirado por el chico. Volviendo a gran parte de su punto de vista anterior de confiar en los demás, decidió ayudar a Boruto como aliado, aunque con su actitud brusca mientras seguía viendo a Boruto como débil y alguien que se interpone fácilmente.
Tercera Parte[]
Arco de Mitsuki[]
Garaga atacó a Boruto, Sarada, Shikadai, Inojin y Chōchō cuando los genin, por encargo del Sabio de la Serpiente Blanca, trataron de quitarle su escama inversa; sin embargo, fueron salvados por Aoda. Garaga declaró que mataría a cualquier humano sin importar quién fuese. Los genin junto con Aoda idearon una estrategia contra Garaga pero fracasaron, ya que este logró reponerse y convertir a Chōchō en piedra.[2]
Tras el primer encuentro, Garaga se retiró a su lugar de caza a espera de los genin de Konoha. Durante su segundo encuentro y mientras los genin ejecutaban su plan, Boruto, de algún modo, entró en el corazón de Garaga. Allí, la serpiente le contó cómo perdió su ojo. Conforme avanzó su encuentro, ambos discutieron sobre el significado de la confianza, llegando a un acuerdo de contrato de invocación entre ambos, para probar cuál de los dos tenía razón.[1]
Más tarde, cuando Boruto y Sarada luchaban contra la Arcilla Explosiva de Sekiei, Boruto convocó a Garaga para que lo ayudara. A pesar de esto, Garaga se negó a ayudar ya que la pelea no le concierne. En cambio, observó divertido la lucha de Boruto. Garaga dijo que ayudaría si Boruto se ofreciera como subordinado de la serpiente. Sin embargo, Boruto le dijo que se perdiera, encontrándolo inútil. Molesto por ser menospreciado por alguien, Garaga decidió mostrar su poder atacando a Sekiei. Cuando el ser artificial perdió repentinamente su fuerza para luchar, Boruto se movió para acabar con Sekiei, solo para que Mitsuki rescatara al enemigo, dejando a Garaga intrigado por el nuevo desarrollo. Mitsuki dejó claras sus intenciones cuando eligió irse con el enemigo e incluso atacó a Boruto antes de hacerlo, haciendo que Garaga se riera de las luchas de Boruto.
Mientras Boruto se desvanecía en la inconsciencia, comenzó a soñar con la aldea como si Mitsuki nunca se hubiera ido. Garaga apareció en el sueño de Boruto para sacarlo de su fantasía, ansioso por cobrar la apuesta entre ellos. Cuando Boruto se dio cuenta de la verdad de su situación, insistió en que aún no había terminado. Garaga insistió en que Boruto se estaba engañando a sí mismo al evitar la verdad de la situación. Las palabras de Garaga resonaron en él. Pero en lugar de aceptar las opiniones de Garaga, solo lo vigorizó para encontrar a Mitsuki, ya que Boruto insistió en que tenía que saber la verdad. Al ver que la determinación en los ojos de Boruto era tan fuerte como siempre, Garaga decidió esperar por el momento.
Más tarde, cuando Mitsuki reveló que había fingido su traición para destruir el plan de los enemigos desde adentro, Boruto y Sarada fueron inmovilizados por el gigante Akuta de Kirara. Boruto convocó a Garaga para ayudar. Habiendo presenciado lo que sucedió y reconociendo que Boruto ganó la apuesta, decidió luchar en nombre de Boruto. Como el gigante Akuta resultó demasiado poderoso para Garaga solo, Boruto saltó sobre la cabeza de la serpiente para luchar junto a él. Juntos, pudieron destruir al Akuta.
Más tarde, al decidir que era hora de terminar su contrato, ya que se había hecho con el argumento de descubrir la verdad sobre Mitsuki, Garaga se acercó a Boruto en su subconsciente para despedirse de él. Boruto agradeció a la serpiente por el poco tiempo que estuvieron juntos, mientras que Garaga obstinadamente seguía llamando a Boruto un niño molesto.
Habilidades[]
Debido a sus dimensiones y fuerza, Garaga es capaz de enrollarse alrededor de su objetivo e inmovilizarlo. Igualmente, tiene la capacidad de escupir un veneno que es capaz de convertir en piedra al objetivo segundos después de entrar en contacto,[2] algo que Aoda conecta con su escama inversa.[1] Por otro lado, Garaga puede camuflarse con el ambiente de su alrededor y detectar a otros mediante su rastro de calor.[1]